En estos tiempos modernos, los gatos se han convertido en los aliados ideales para las personas. No necesitan tanto espacio, e incluso de atención, como un perro. Son las mascotas ideales para tener en un departamento, pero claro, hay algunas cuestiones para tener en cuenta de modo de mejorar al máximo la convivencia.
Como cualquier otro ser vivo, los gatos son animales con numerosas necesidades, y que tienen la capacidad de experimentar distintos estados de ánimo. Por lo que será muy importante conocer qué es lo que les está pasando a nuestros compañeros felinos, para poder atenderlos y evitarles malos ratos.
La mayor parte del tiempo, los gatos se encuentran relajados, contentos y cómodos, esto se debe a un buen entorno familiar en el que se sienten seguros y protegidos. Por lo general esto se detecta porque están acostados, acurrucados como una pequeña bola de pelos. Esto se puede notar también fácilmente en la actitud de sus patas, sus orejas y hasta en los bigotes.
Los gatos, como otros felinos, tiene una predisposición genética a ser grandes cazadores. Entonces muchas veces se los podrá ver prestando atención, buscando el momento para entrar en acción. Se podrá ver como sus ojos se abren y las pupilas se contraen, mientras que las orejas y los bigotes se dirigen hacia adelante, con el cuerpo inclinado hacia el centro de su atención.
Por otra parte, cuando los gatos quieren llamar la atención de sus compañeros humanos, lo más posible es que se froten contra sus piernas. Por otra parte, estos animales también pueden experimentar de ansiedad. Por ejemplo, tras una mudanza u otras situaciones que le generen estrés.
Para estar alerta
Los ojos del gato estarán abiertos sin parpadear, las orejas comenzará a moverlas buscando información del entorno. También se lo puede ver agachando la cabeza, con los bigotes hacia atrás, como queriendo reducir su tamaño.
El miedo, o el enojo en los gatos, se deja ver como una actitud amenazante, principalmente cuando una persona intenta tocarlo. En estas situaciones, mueven rápidamente la cola de un lado a otro. Incluso, puede llegar a sisear, mientras sus orejas se mantienen tiesas.