Se estima que alrededor de 270 mil bebés llegan al mundo cada día. Un embarazo exige de muchos cuidados, y durante nueve meses la futura mamá se convierte en la protagonista indiscutida de la familia, aunque siempre hay una pregunta que todos quieren saber, si será un niño o una niña.
Antiguamente las abuelas tenían numerosos métodos que consideraban casi infalibles para determinar si el embarazo iba a dar como resultado un varón o una mujer. Claro que la mayoría de ellos, con un prácticamente nulo rigor científico, aunque con una efectividad para convertir en creyente al más escéptico.
Lo cierto es que existe muy pocos métodos totalmente confiables para determinar el género del bebé. El más común es la ecografía, pero incluso en esta no se podrá saber hasta por lo menos el segundo trimestre del embarazo. Mientras tanto, algunas señales podrían ir dándole a la futura mamá algunas pistas.
Por ejemplo, afirman algunas abuelas que la piel se reseca puede ser una señal de que se viene un niño, mientras que si en oposición la piel se mantiene suave, esto debe responder a que es una niña la que está en camino.
Otro claro indicador, según los mitos que rondan el embarazo, es la forma del vientre. Un vientre caído puede estar albergando a un varón, mientras que si lo que carga la mujer es una nena, probablemente la guatita esté más alta y apuntando hacia el frente.
¿Algún rigor científico?
Una de las creencias más populares y consolidadas, es la del ritmo cardíaco. Si la frecuencia cardíaca del bebé en la panza está por encima de los 140 latidos por minuto, entonces puede tratarse de una niña, mientras que si la frecuencia es más lenta probablemente se trate de un varón.
Fuente: (YouTube Embarazos & Bebés).
Existen otros factores, muchos relacionados con el aspecto y hasta el humor de la madre durante el embarazo, que para algunos darían la pauta se trata de una nena o de un nene. Incluso, algunos aseguran que hay diferentes ritos y costumbres que se pueden seguir para inclinar la balanza por una u otra opción, pero lo cierto es que la probabilidad siempre es del 50 por ciento, y algunos no se enteran hasta que no llega el momento del nacimiento.