La comida es fundamental para la vida y la biología, pero además se ha convertido en un elemento cultural muy fuerte. Grandes decisiones se toman durante un almuerzo o se organizan grandes cenas para celebrar algún acontecimiento importante. El desayuno y la merienda se han convertido en puntos de encuentro para amigos y pololos.
Casi que cualquier situación social incluye una comida de por medio, por lo que comer ya no está ligado simplemente con alimentarse, sino que tiene además implicancias emocionales y sociales. Entonces, del mismo modo que pueden producirse desequilibrios en distintos ámbitos de la vida, a veces uno puede comer de más y sufrir las consecuencias.
Puede ser en una fiesta, una ocasión especial o tal vez por descuido, pero todos algunas vez han sentido que se sobrepasaron con una comida, y las consecuencias llegan, por lo general, al día siguiente.
Consejos útiles
¿Qué hacer entonces? Lo primero a tener en cuenta, es que ningún extremo es recomendable, por lo que no será una buena idea, después de una comida abundante, intentar compensar con un ayuno extremo. Lo importante es consumir abundante líquido y comenzar a implementar una dieta equilibrada, de a poco.
Por supuesto, evitar seguir consumiendo comida pesada, como frituras o alimentos con un exceso de grasa. Buscar alimentos más ligeros y de fácil digestión, en especial aquellos que contengan agua, fibra y proteínas magras son los más favorables.
Otro consejo importante, es no caer en el sedentarismo. Realizar actividades livianas, como dar caminatas, será una ayuda para comenzar a hacer una correcta digestión y reducir la hinchazon y pesadez que puede dejar una comida en exceso. Evitar dejarse llevar por la somnolencia y no quedarse todo el día en la cama o el sillón.