El verano está casa vez más cerca. En nuestro país empezamos a planear las esperadas vacaciones, y los destinos de playa son sin ninguna duda los más elegidos para descansar y desconectarse durante los meses de calor.
Si bien la oferta de playas en Sudamérica es infinita, y podemos presumir de ostentar paraísos a lo largo y a lo ancho del mapa, hay algunos viajeros que no se quedan con cualquier destino y que prefieren un lugar que les permita estar en tranquilidad.
Para todos aquellos que quieran evitar las playas abarrotadas de gente, calles sin lugar donde estacionar o largas listas de espera en restaurantes, dejamos a continuación un listado con las tres playas de América del Sur que realmente todos deberían conocer. ¡No te las pierdas!
Tres playas ideales para descansar en tranquilidad
Morro Branco, Brasil: es conocida por sus sinuosos laberintos de arena rojiza. El mar es cálido y cristalino, con arenas claras. Con excelente infraestructura turística, esta playa es una de las principales atracciones de Beberibe. Morro Branco se encuentra a 85 kilómetros desde la capital del Estado de Ceará, Fortaleza, y se puede contratar un servicio para visitarla durante un día, o quedarse a disfrutarla a pleno, hospedándose en alguno de los alojamientos de Beberibe.
Lo que más llama la atención a los visitantes son sus aguas de color turquesa y su fina arena que toma un tono rosado.
Playa Ovahe, Chile: esta pequeña playa se encuentra a un costado de la renombrada playa Anakena, en la Isla de Pascua. Es una costa rodeada de acantilados de origen volcánico de color rojizo. Lo que más llama la atención a los visitantes son sus aguas de color turquesa y su fina arena que toma un tono rosado gracias la mezcla del polvillo rojo volcánico y corales blancos erosionados. Lo mejor es visitarla en las mañanas, cuando recibe luz directa del sol.
Cabo Polonio, Uruguay: es una de las joyas de la costa de Uruguay. Cabo Polonio nació como refugio de pescadores en el siglo XX, acurrucados en las vecindades del Faro Cabo Polonio (1881). Con el tiempo, artistas y bohemios se fueron instalando en esta playa que es todo un paraíso y que carece de servicios de luz, teléfono y agua corriente, aunque los hostales y alojamientos disponen de grupos electrógenos.