Un buen descanso es necesario, tanto para rendir de manera correcta en nuestras obligaciones diarias, como para mantener un equilibrio en nuestra salud física y mental; y hay algo que siempre debemos tener en cuenta, y es que la calidad de los alimentos que ingerimos en la cena, puede determinar cómo serán nuestras horas de sueño.
Para dormir bien, y permitir que nuestro cerebro descanse y se regenere de manera óptima, debemos prestar atención en los alimentos que consumimos durante la cena. En primer lugar, es necesario evitar aquellos que son estimulantes, como un té, un café o un chocolate.
Nos permiten comer ligero pero delicioso.
Existe una serie de alimentos que contienen sustancias que son ideales para lograr un estado de relajación pleno. Alimentos que nos permiten comer ligero pero delicioso, y que son perfectos para incorporarlos en nuestras cenas habituales. A continuación detallamos cuáles son los más recomendados.
Los alimentos que deberíamos incorporar en nuestra cena
- Alimentos que sintetizan la serotonina: se trata de alimentos con triptófano, un aminoácido sumamente necesario para la síntesis de serotonina, el neurotransmisor que favorece el bienestar. Cereales integrales, legumbres, frutos secos, patatas o plátanos son ricos en este aminoácido.
- Alimentos con magnesio: las semillas de calabaza, de girasol y de sésamo son complementos excelentes para la última comida del día, y esto porque aportan cantidades importantes de magnesio, el mineral que ayuda a calmar el sistema nervioso y nos brinda relajación.
- Plátano: además de contener magnesio y potasio, el plátano favorece la producción de serotonina y melatonina, las cuales mejoran la calidad del sueño, por lo que es recomendable consumir este fruto en la cena.
- Amapola: las semillas de amapola contienen fitoquímicos que poseen un leve efecto somnífero.
- Lechuga: Los tallos de este vegetal, son recorridos por lactucarium, un compuesto con efecto calmante.
- Avena: se trata de una importante fuente natural de melatonina, también tiene proteínas que ayudan a reducir el estado de nerviosismo con el que solemos llegar a la cena, como consecuencia de las labores y las rutinas diarias.