6 consejos prácticos para aprender meditación

Durante los últimos años, la meditación se ha puesto muy de moda en occidente, y aunque puede ser una práctica por demás sencilla, hay algunos errores comunes y falsas creencias que se deben evitar para incorporar fácilmente el hábito.

La meditación es una práctica de origen milenario, que se ha utilizado y se utiliza con el fin de promover el bienestar físico y mental a partir de buscar la relajación, mediante la conexión con uno mismo.

Aprender a meditar es muy simple.

A pesar de que para muchos puede parecer un ejercicio complejo, aprender a meditar es muy simple. Sólo es cuestión de empezar con una técnica adecuada, que permita ir logrando el hábito de a poco.

Seis consejos para empezar a meditar

• Ponerse cómodo: lo más importante para empezar a practicar la meditación, es centrarse en el aquí y el ahora, instalado en un espacio confortable, con ropa cómoda. No usar zapatos y elegir una prenda holgada es la mejor opción. Además es recomendable quitarse el reloj y otros objetos que puedan distraer, como los teléfonos celulares.
• Buscar un lugar tranquilo: es sumamente importante encontrar un lugar tranquilo, que permita lograr un verdadero estado de relajación. Puede ser una habitación de la casa, o el jardín. Lo importante es estar lo más alejada de estímulos que puedan distraer.

• Sentarse de manera correcta: se debe tener en cuenta, que si no se toma una postura adecuada, pronto la meditación se va a tornar incómoda, ya que puede sentirse la espalda pesada, las piernas dormidas, o alguna molestia en los brazos. Lo ideal es sentarse en el piso con la espalda recta, manteniendo los hombros y los brazos relajados.
• Centrarse en un objeto: Lo ideal para lograr meditar, es concentrarse en la respiración, pero esto puede tardar en incorporarse, por lo que se puede optar por poner el foco en un objeto, como un almohadón, y así será más fácil mantenerse en el aquí y ahora.

• Aceptar los pensamientos que surgen y seguir adelante: es normal, que durante la meditación surjan diferentes pensamientos, pues no es algo simple mantenerse al margen de las preocupaciones diarias que provocan estrés. Hay que aceptar esto y, centrándose en la respiración y el objeto, dejar que esos pensamientos se vayan disipando poco a poco.
• Aumentar el tiempo de meditación progresivamente: lo ideal es empezar poco a poco para luego hacer de la práctica un hábito. Se puede hacer sesiones de un minuto los primeros tiempos, hasta llegar a intervalos de 20 o 30 minutos.