Todos hemos escuchado alguna vez que el desayuno es la comida más importante del día, y esto es algo que hay que tener siempre presente. Si bien todas las comidas de la jornada deben ser cuidadas, es fundamental que la primera del día ofrezca todos los nutrientes necesarios, y que no exceda en sustancias poco saludables.
Es por eso que se debe tener un especial cuidado con los alimentos que se consumen durante el desayuno, teniendo en cuenta que una dieta equilibrada disminuye, y en muchos casos evita, el riesgo de padecer dolencias cardiovasculares, diabetes, obesidad y otras complicaciones.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que una buena alimentación en el desayuno, no sólo brinda beneficios al organismo conservando la salud física y mental, sino que además ofrece un gran aporte energía para cumplir con las tareas diarias.
Alimentos que se deben evitar en el desayuno
- Alimentos fritos: las grasas saturadas de estos alimentos, se asocian con un mayor riesgo de dolencias cardiovasculares, ya que pueden aumentar los niveles de colesterol LDL (el llamado “colesterol malo”). Además, no aportan nutrientes esenciales, sino calorías vacías, lo que puede terminar por generar una sensación de pesadez a lo largo de la jornada.
- Azúcares refinados: los cereales azucarados y galletas industriales contienen un alto grado de azúcares refinados y por lo tanto deben evitarse, ya que el aumento rápido de energía que producen viene acompañado de una caída brusca posterior, lo que puede provocar que se despierte la necesidad de un mayor consumo de azúcar a lo largo de la mañana o del día. Además el consumo excesivo de azúcares refinados se vincula con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y dolencias cardiovasculares.
- Bebidas azucaradas: los zumos industriales y los refrescos también contienen altas cantidades de azúcares añadidos. En todas las comidas, pero sobre todo en el desayuno, es preferible optar por agua, infusiones que no contengan azúcar, zumos naturales recién exprimidos o batidos caseros de frutas y verduras, que aportan vitaminas, minerales y fibra.
- Embutidos procesados: el bacon, el jamón o las salchichas son ricos en grasas saturadas y sodio, por lo que al consumirlos con frecuencia en el desayuno, puede aumentar el riesgo de dolencias cardíacas, hipertensión y otros problemas de salud. Se recomienda reemplazarlos por fuentes de proteínas más saludables, como huevos, yogur, pescado o nueces.
Bollos, magdalenas envasadas o croissants suelen ser altos en grasas saturadas.
- Productos de pastelería industrial: bollos, magdalenas envasadas o croissants suelen ser altos en grasas saturadas, azúcares refinados y calorías, y no aportan los nutrientes necesarios para el organismo. Lo más saludable es consumir tostadas de pan integral con aguacate, tortitas de avena caseras o batidos proteicos hechos con ingredientes naturales.
- Café en exceso: el café es la bebida típica del desayuno, y si bien ayuda a mejorar la atención, la memoria y las diferentes funciones cognitivas, su consumo en exceso puede tener efectos negativos para la salud. El café puede aumentar los niveles de estrés, provocar problemas de sueño, nerviosismo y malestar gastrointestinal.