Para cualquier mujer es importante cuidar su piel, pero definitivamente todas nos concentramos en la del rostro y es que es ahí donde se centra toda la atención. Sabemos que la clave fundamental para este autocuidado es una buena alimentación, pero esto se complementa aplicando cremas y de vez en cuando una mascarilla.
Si bien en el mercado hay infinidad de productos para la belleza de la piel del rostro, nada mejor que acudir a la naturaleza. Las mascarillas caseras siempre serán unas grandes aliadas a la hora de consentir el cutis, una de las zonas más delicadas de todo nuestro cuerpo.
Este tipo de producto debe ser usado como mínimo dos veces por semana y mientras más temprano comencemos el cuidado de nuestra piel, esta siempre se conservará hermosa y radiante sin importar el paso de los años.
Para que todas puedan iniciar lo antes posible con este hábito, dejamos la receta de la mascarilla facial más fácil de hacer, y que ayuda a lograr una piel de porcelana para nuestro rostro: la mascarilla exfoliante a base de avena y miel.
Cómo prepararla y utilizarla
Esta fórmula es ideal para eliminar las impurezas de una manera mucho más profunda, sí nuestra piel es seca es recomendable usarla una vez cada siete días, pero si es grasa podemos limpiar el rostro hasta dos veces por semana.
Necesitaremos unos pocos ingredientes: media taza de avena la cual debemos moler muy bien, media cucharadita de miel de abejas, dos cucharaditas de leche, dos gotas de aceite de geranio y dos gotas de aceite de manzanilla.
Cuando tenemos todo, mezclamos los ingredientes, aplicamos la mascarilla con los dedos extendiendo el contenido hasta el cuello, y haciendo movimientos giratorios. Dejamos actuar 15 minutos y finalmente retiramos con agua tibia. Nos sentiremos más bellas de inmediato.