El amaranto es un pseudocereal muy similar a la quinoa. De hecho, también procede de las regiones andinas de Sudamérica y era uno de los alimentos más consumidos por los pueblos precolombinos. Ahora ha vuelto a ganar peso entre muchas personas que son conscientes de todos sus beneficios para la salud.
El amaranto, que durante siglos formó parte de la dieta tradicional mesoamericana junto al maíz y los frijoles, es para Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), uno de los mejores alimentos de origen vegetal, dado su alto contenido en nutrientes, sobre todo en proteínas.
Por otra parte posee una gran cantidad de fibra, lo que ayuda al bienestar del sistema digestivo. Además contiene muchos minerales esenciales para nuestra salud como calcio, magnesio, zinc, y fósforo. A esto hay que sumar su alto contenido en vitaminas, especialmente del grupo B.
El amaranto ayuda a proteger el sistema cardiovascular. Asimismo se destaca su elevado contenido en antioxidantes, que ayudan a contrarrestar el efecto de los radicales libres, determinantes para el envejecimiento prematuro, por lo que se ha convertido en uno de los alimentos favoritos de las mujeres.
Se trata de un alimento anti estrés, y podría decirse que el amaranto es el alimento de la alegría.
Un dato fundamental, es que se trata de un alimento anti estrés, y podría decirse que el amaranto es el alimento de la alegría puesto que genera triptófano, un aminoácido esencial que no se produce de forma natural por el cuerpo humano y que es clave para la producción de serotonina, la hormona de la felicidad.
Cómo consumirlo
- En la cocina se puede usar como un cereal, como el arroz o la quinoa.
- Puede cocerse y añadir a ensaladas de legumbres.
- También es viable utilizarlo para rellenar hortalizas o saltearlo para acompañar a otras verduras.
- La harina de amaranto se puede usar, además, como espesante para sopas y salsas.
- El germinado de esta planta puede acompañar a muchas ensaladas y elaboraciones.