Con la rapidez en la que vivimos actualmente, es completamente normal que nos pase que tengamos que lidiar con un problema recurrente: los objetos perdidos, pero por suerte existen algunos trucos infalibles para dar con ellos de manera rápida.
Las llaves de casa, el teléfono móvil, la billetera o las gafas son algunas de las cosas que a menudo desaparecen dentro de nuestra casa y cuya búsqueda nos genera malhumor, pues los objetos perdidos faltan justo en el momento en el que más los necesitamos.
En ocasiones llevamos días tratando de hallar esas cosas que echamos de menos y por más que tratamos de recordar en dónde están, no sabemos qué pasó con ellas. Si la búsqueda de los objetos perdidos no parece tener éxito, lo mejor es mantener la calma y explorar en orden.
Tips infalibles para realizar la búsqueda
Recordar la última vez que lo vimos: Tal como sucede en las películas de detectives, recordar y describir la última vez que hemos visto el objeto perdido es una forma de conseguir mucha información sobre dónde puede estar. Puede que la última vez lo hayamos utilizado en un lugar o de una manera diferente a la habitual, y por eso lo hayamos guardado en un lugar diferente.
Puede que nos acordemos repentinamente dónde lo dejamos.
Volver sobre nuestros pasos: ¿Qué hemos hecho desde la última vez que vimos el objeto hasta ahora? Comenzar por el momento en que descubrimos que no lo teníamos y volver hacia atrás, recordando todo lo que pasó con el mayor detalle posible. Puede que nos acordemos repentinamente dónde lo dejamos, o que recordemos que visitamos algún lugar o habitación donde no solemos estar y podríamos haberlo dejado.
Vizualizar el objeto: Este es un truco que puede ser de los más efectivos. Para ayudar a nuestra mente a recuperar la información inconsciente, podemos darle un empujón. Realizar un ejercicio de visualización: primero imaginar el objeto, y luego, que lo encontramos.
Pensar si el objeto incomoda: Muchas veces algo se pierde porque nos incomoda y lo dejamos en algún lado inconscientemente: así podemos perder un anillo, un paraguas que llevábamos en la mano y apoyamos en un negocio, o algo que teníamos en el bolsillo y nos molestó al sentarnos. Debemos recordar dónde y cómo lo dejamos sin pensar.