A pesar de que no sea un ingrediente de los más utilizados en los hogares de nuestro país, el amaranto es uno de los alimentos más beneficiosos para la salud en general, por lo que debería incorporarse a las dietas en todas las edades.
El consumo del amaranto estaba muy arraigado entre los indígenas que habitaron hace cientos de años toda América. Era considerado un alimento ritual, que se utilizaba en la elaboración de diversas preparaciones como tamales, o tortillas, y sus hojas, además, se consumían también como verdura.
Es una de las fuentes más importante de proteínas, minerales y vitaminas naturales.
El amaranto es el producto de origen vegetal más completo, es una de las fuentes más importante de proteínas, minerales y vitaminas naturales: A, B, C, B1, B2, B3; así como de ácido fólico, niacina, calcio, hierro y fósforo.
Los beneficios del amaranto para la salud
- Contribuye a controlar los niveles de glucosa en sangre. Además, contiene una coenzima (HMG CoA) con actividad biológica para disminuir las concentraciones de triglicéridos y colesterol.
- El grano de amaranto no posee gluten, por lo que es un alimento recomendable para celíacos, es decir, aquellas personas que tienen intolerancia a este elemento.
- Su contenido de fibra mejora el tránsito intestinal, previene el estreñimiento, así como los divertículos, y además proporciona alimento para el crecimiento de bacterias buenas intestinales.
- La amarantina (proteína presente en el amaranto), tiene la capacidad de disminuir la presión arterial, ayudando a prevenir y controlar algunos padecimientos crónicos (cardiacos, renales y cardiovasculares).
- Ideal en anemias y desnutrición porque es un alimento rico en hierro, proteínas, vitaminas y minerales.
- Inhibe la proliferación de células cancerígenas, por lo que ayuda en la prevención de diversos tipos de cáncer, tales como; colon, mama, cervicouterino, entre otros.
- Su aporte de sodio, potasio, zinc, cobre, magnesio, y hierro colabora en el funcionamiento del sistema nervioso central.