El 70 por ciento de la composición de nuestro cuerpo es agua. Es un elemento indispensable para limpiar el organismo y eliminar las toxinas, es un eficaz vehículo para transportar las vitaminas y sales minerales que necesitan nuestras células. Ahora bien, prestemos atención al consumo de agua embotellada.
La elección del agua embotellada ha crecido a nivel exponencial en todo el mundo en los últimos años, pero lo que es muy importante de conocer es que no siempre optar por tomar este líquido vital dentro de una botella de plástico, es lo más saludable o placentero.
Beber agua embotellada puede parecer un hábito más saludable que tomar el agua de la canilla. Pero no siempre es así. El agua envasada representa riesgo para la salud si no se tienen en cuenta algunos cuidados especiales, que son los que se presentan a continuación.
3 consejos fundamentales
Verifica el tipo de botella adecuado para su envasado: la mayoría de las botellas de plástico en las que se envasan líquidos, como el agua, están hechos de PET, siglas en inglés para identificar el tereftalato de polietileno. Este material se volvió idóneo para embotellar bebidas por ser ligero y resistente. Las botellas de agua hechas con este material se distinguen con el número 1 dentro de un triángulo equilátero y las siglas PET. Cuando compres agua embotellada, verifica si cuenta con este símbolo.
La Organización Mundial de la Salud sugiere estar atentos a que el agua tenga una apariencia, olor y sabor aceptables.
Revisa la composición y el sabor del agua: una de las principales razones por las que las personas eligen consumir agua embotellada es por su sabor, lo cual se vincula con una mejor calidad, pero no siempre esto es así. La Organización Mundial de la Salud sugiere estar atentos a que el agua tenga una apariencia, olor y sabor aceptables para quien la consuma.
Evita reutilizar la botella: la mayoría del agua embotellada se ofrece en envases que fueron diseñados para usarse una sola vez. Sin embargo, algunas personas no están conscientes de esta situación y optan por reutilizar la botella que adquirieron, lo que puede provocar una mayor exposición con las bacterias. Esto también aplica para aquellos recipientes que pueden reutilizarse.