Los increíbles beneficios de la miel se han conocido desde la antigüedad. Los griegos y los romanos de esos tiempos memorables, habían dado con algo interesante: la miel realmente tiene propiedades terapéuticas para la salud.
La química natural de la miel Apis mellifera, la hace un producto alquímico, nutritivo, sano y sumamente rico. Tanto, que hay mieles de algunos países por las que se pagan interesantes cantidades de dinero para acceder a ella y disfrutar de sus cualidades.
Se puede utilizar de otras muchas formas para beneficiar la salud.
La miel se puede utilizar de otras muchas formas para beneficiar la salud. A continuación presentamos un listado con los siete beneficios principales que aporta este alimento, y que fueron publicados por el sitio especializado “abejasenagricultura.org”
Siete beneficios de la miel
Contiene una gran cantidad de nutrientes saludables. La miel es un regalo de las abejas que dista mucho de ser un sabor bonito y hueco, como tantos que conocemos. Una cucharada de miel (21 gramos) puede contener lo siguiente: 64 calorías, 17 gramos de azúcar, incluidas la fructosa, la glucosa, maltosa y sucrosa, vitaminas y minerales en cantidades pequeñas, antioxidantes, por lo que es un alimento muy nutritivo.
Es rica en antioxidantes. Un dato: la miel oscura es mejor. Esto se debe a que concentra mayor cantidad de elementos antioxidantes. Entre ellos se cuentan: flavonoides, fenoles, enzimas, ácidos orgánicos similares. Los científicos creen que la mezcla de estos elementos genera los antioxidantes de la miel, que son capaces de reducir el riesgo de ataques al corazón, embolias e incluso algunos tipos de cáncer.
Es mejor que el azúcar para los diabéticos. Existen evidencias mixtas respecto al uso de la miel para los diabéticos. Si bien puede ayudar sobre algunos aspectos, como reducir el colesterol malo o los triglicéridos, la miel sigue conteniendo la bastante glucosa como para elevar el azúcar en la sangre. Pese a esto último, la miel sigue siendo “menos mala” que el azúcar, y su uso, en consumos regulares es más recomendable para los diabéticos.
Sus antioxidantes bajan la presión arterial: Este es otro efecto de los antioxidantes de la miel sobre la sangre. Diferentes estudios realizados en ratas y humanos han demostrado que la miel baja la presión arterial. No obstante, sus resultados al respecto son bastante modestos, y no hay que descuidar otras fuentes de antioxidantes así como el ejercicio realizado de manera regular.
Ayuda a reducir el colesterol malo. El colesterol LDL o “malo” es un gran riesgo para el sistema cardíaco para el cual la miel podría resultar una útil defensa. Varios estudios han demostrado resultados significativos al respecto, asegurando que la miel no solo reduce el colesterol malo, sino que aumenta los nivel del colesterol HDL o colesterol bueno.
Ayuda a curar quemaduras y lesiones. Una revisión de varios estudios sobre el uso de la miel en casos de quemaduras y lesiones, reveló que la miel puede ayudar a recuperar el tejido en estos casos: sanar quemaduras y lesiones parciales de la piel, que suelen dejar las cirugías; ratamientos de úlceras de la diabetes en el pie, incluso en casos serios que pueden llevar a amputación; recuperación de lesiones en general; otras lesiones de la piel como hemorroides, herpes o psoriasis.
Puede reducir la tos en niños. La tos es un problema respiratorio común para los niños. A largo plazo, esto puede afectar sus horas de sueño y su salud en general. Muchos de los remedios médicos para la tos aseguran contener miel para promocionarse por una razón: la miel es efectiva para curar esta afección. Algunos estudios han determinado que la miel es muy efectiva para reducir los síntomas de la tos, recuperando los hábitos de sueño mejor que cualquier medicamento comercial. No obstante, su consumo en niños menores de 1 año no es recomendable.