Un reciente estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad de California en San Francisco ha arrojado luz sobre una posible conexión entre la temperatura corporal y la depresión, ofreciendo nuevas perspectivas en el campo de la terapia.
Aunque las causas exactas aún no están claras, los investigadores sugieren que explorar este vínculo podría conducir al desarrollo de enfoques terapéuticos innovadores. La investigación, liderada por la psiquiatra Ashley Mason y publicada en Scientific Reports, se destaca por ser el estudio más amplio realizado hasta la fecha sobre la asociación entre la temperatura corporal y los síntomas de depresión.
El estudio que abarcó a más de 20000 individuos de 106 países diferentes, empleó métodos de autoinforme y sensores portátiles para evaluar la temperatura corporal de los participantes.
Este hallazgo no alcanzó significancia estadística.
Los resultados revelaron que a medida que aumentaba la gravedad de los síntomas depresivos también lo hacía la temperatura corporal de los pacientes. Además, se observó que aquellos con temperaturas corporales estables durante un período de 24 horas tenían un mayor riesgo de padecer depresión, aunque este hallazgo no alcanzó significancia estadística.
La importancia de seguir investigando
El estudio, que se llevó a cabo a lo largo de siete meses a partir de principios de 2020, subraya la importancia de continuar investigando este vínculo para comprender mejor su naturaleza y sus implicaciones clínicas.
Este análisis ofrece nuevas pistas sobre la compleja interacción entre la temperatura corporal y la salud mental, abriendo la puerta a futuras investigaciones que podrían revolucionar la forma en que se aborda y trata la depresión.
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