Las plantas no solo necesitan sol y riego constante para lucir saludables, también requieren nutrientes que fortalezcan su crecimiento. Si bien muchos creen que los abonos comerciales son la única opción, lo cierto es que en casa se encuentran recursos naturales que pueden revitalizar las plantas sin gastar dinero.
Uno de ellos es el agua de cocción de los huevos. Este líquido, comúnmente desechado en la cocina, es un abono natural lleno de minerales esenciales que benefician a las plantas. Durante el proceso de cocción, los huevos liberan al agua compuestos como calcio, fósforo y magnesio.
Estos elementos son clave en la formación de raíces fuertes, hojas vigorosas y floraciones más abundantes, lo que convierte al agua de huevo en un aliado inesperado para quienes cuidan sus plantas.
Las plantas que requieren un suelo rico en calcio, como los tomates, los pimientos o algunas especies ornamentales como las hortensias, pueden beneficiarse especialmente de este abono líquido.
La salud del jardín
Incorporar este hábito en el cuidado diario de las plantas no solo es una manera ecológica de aprovechar recursos, sino también una forma efectiva de mejorar la salud del jardín sin recurrir a químicos agresivos.
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