A lo largo de los últimos tiempos, muchas investigaciones han destacado las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del orégano fresco. Este condimento tiene un gran poder en la ayuda del control de la hipertensión.
La presencia de ciertos activos en su composición hace que el orégano sea un fuerte aliado en el cuidado de la salud cardiovascular. Pero, es vital conocer algunos detalles antes de incorporarlo de forma habitual en la alimentación.
De acuerdo a lo que se especifica en el medio especializado “EatingWell”, el orégano es rico en fitocompuestos que contribuyen al organismo con propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y efectos antihipertensivos, según lo concluido en estudios experimentales.
¿Cómo usarlo?
Los expertos desaconsejan el uso de suplementos o aceites concentrados de orégano con fines terapéuticos. Por lo cual, los especialistas sugieren usarlo en la cocina, ya sea en hojas frescas o secas, como una forma segura de incorporarlo a la dieta.
Se puede agregar el orégano en comidas como sopas, guisos, salsas o platos inspirados en la dieta mediterránea. Esto permite quedarse con sus beneficios y evita los riesgos que se asocian a dosis elevadas.
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