A la hora de buscar nuevas formas de ejercicio al aire libre, la caminata hidroeléctrica se presenta como una buena alternativa para quienes buscan incorporar la actividad física a su vida cotidiana.
La caminata hidroeléctrica se hace en aguas poco profundas, tales como ríos, playas o piletas. Es más que un simple ejercicio, ya que esta actividad establece una conexión única con la naturaleza y puede ayudar a combatir tanto el estrés como la ansiedad.
El hecho de caminar en el agua genera un desafío para la resistencia de los músculos. Esto aumenta la quema de calorías y fortalece los músculos de las piernas, los glúteos y los abdominales. Asimismo, este ejercicio es suave para las articulaciones y adecuado para quienes padecen de artritis u osteoporosis.
Más beneficios
Con este ejercicio, se aumenta el flujo sanguíneo. Al crecer la oxigenación de los tejidos se favorece la circulación, evitando la hinchazón de las piernas en el verano. En añadidura, la conexión con la naturaleza hace su aporte a la reducción del estrés.
La conexión con la naturaleza hace su aporte a la reducción del estrés.
La caminata hidroeléctrica refresca y revitaliza el cuerpo, lo que promueve una sensación general de calma y bienestar. Esto debido a que el agua tiene un efecto calmante para la mente.
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